El equipo de Lidio Jiménez no pudo superar una eliminatoria que se le puso complicada desde el primer encuentro. Las bajas y el ritmo ofrecido por el Huesca, impidieron que los conquenses pudieran remontar el resultado de la ida.

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El partido fue dominado de cabo a rabo por el Huesca, que no se relajó en ningún momento pese a la renta de 4 goles que traían de la ida. Un gran Teixeira que terminó el encuentro con 9 goles y una defensa frágil de los conquenses, pusieron muy cuesta arriba la eliminatoria desde el primer momento. No fue el día de Leo Vial ni de una defensa que se veía superada en cada ataque del equipo oscense, concluyendo la primera parte con un 17-19 para los visitantes.

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En la segunda parte se esperó una posible reacción de los conquenses que nunca llegó. El fondo de armario del Huesca le permitía seguir manteniendo un ritmo que era imposible de manejar para el Ciudad Encantada y el acierto de Arguillas, portero visitante, impedía cualquier intento de sorpresa de un equipo local que acabó desquiciado.

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Corría el minuto 40 con el 21-26 cuando los locales decidieron poner una defensa 5-1 marcando individualmente a un Teixeira que se estaba saliendo, pero no fue suficiente. Un parcial de 3-0 de los conquenses parecía que les podía volver a meter en el partido, pero el Huesca supo mantener el tipo y acabó controlando un final de partido que concluía con un 32-37 y que daba al Huesca el pase para la siguiente ronda de la Copa del Rey.

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Pese a la derrota, la afición conquense agradeció a su equipo la enorme primera vuelta conseguida y acabó despidiendo a sus jugadores como auténticos héroes. Una afición ejemplar que espera un rendimiento similar en la segunda vuelta, sellando la salvación lo antes posible y porqué no, aspirar a puestos europeos.